lunes, 21 de noviembre de 2011

PERO HABLARÉ AÚN CON MI SILENCIO



Pero no a mi amor

Cuando te recuestes cansada en la silla frente al alba
y tu silencio acuda a gritar, pensarás tal vez que el sueño,
del cual muchas veces te hablé, quiere surgir a encontrarte de nuevo,
cuando los años implacables lleguen a distraer tu tranquilidad,
tu extraño juicio... cuanto yo quisiera que en tus añiles quimeras
estuviera mi mirada enredada en cada resquicio de tu lóbrega melancolía,

Allí mis ansias crudas visitarán las paredes cuarteadas del tiempo,
y empezará tu memoria a partir en un velero, del cual querremos que rompa
el tiempo y la distancia, la muerte y el egoísmo, el orgullo destructor...
tu mirada de desamor y mis luchas tan terribles
por no dejar que te alejaras como un recuerdo
que desea no ser recordado,

cuando estés reclinada en las esperanzas que llegaron peregrinas,
verás que no fue sino un solo momento el que pudo destruir el amor,
pero no a mi amor; buscarás en los libros mis cartas 
y ellas te hablarán del ayer,
y de las montañas del este bajarán frías las incontables luchas que libré,
incluso contra mi, para evitar que el olvido me atravesara con afiladas garras
y me tendiera muerto en una loza de un cuarto desnudo.

Y sólo quedarán preguntas, y ese triste orgullo que fuese tan asesino, 
ahora ya muerto no habrá de asesinar a nadie más, 
las nubes serán ahora las mismas de siempre, 
solo traerá la lluvia a los rostros de quien las mira fijamente 
y acaba lloviendo en su mirada también, 
allí en ese instante, se verá reflejada tu sonrisa mustia 
y !esperarás!... si que esperarás, a que mis pasos vuelvan a caminar contigo
y que mis pasos suenen en el pórtico de aquella casa que pudo ser nuestra, 
y me llamarás cual plegaria anochecida.

Y he de venir en estampida, como bandada de pájaros errantes,
no importará la muerte, pues me levantaré de mi sepulcro, 
y bogaré hacia ti, como fantasma navegaré a través de la muerte
y ya no serás mas una charla vacía, un orgullo asesino, 
un perdón sin lecho; serás una Luz de Angela de mis días, 
y sentirás mis manos tan necesitadas de tu forma, 
y te abrazará en el silencio, 
y ese momento destructor del amor ya no tendrá dominio sobre nosotros, 
ya no poseerá mas nuestros sueños que soñarás cuando te recuestes cansada en la silla frente al alba.

Tal vez despertarás y yo estaré muerto, y tu orgullo largará mi fantasma y ese momento devastará toda esperanza de renacer y acabará por convencerte y así destruir el amor... pero no a mi amor.


Miércoles 03 de Agosto de 2011.

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